Fue una experiencia hermosa. Desde el comienzo me resultó muy lindo caminar en silencio, buscando encontrarnos con los caballos, entrando de a poco en otra sintonía, abiertos a otros ruidos, a otras sensaciones. Era un paisaje habitual pero vivenciado de una forma totalmente diferente. Al encontrarnos con ellos, todo eso se potenció, para poder entrar en su tiempo, en sus codigos. Fue bello poder sentirnos, entenderlos, respetar sus tiempos y sus formas. Me pareció muy rico eso. Y luego el momento de acercarnos también fue muy emocionante. Buscar la sensibilidad, el diálogo, la escucha necesaria para poder entrar en un contacto amoroso con ellos, sin forzar nada. Gracias nati por facilitarnos ese momento tan hermoso para nosotros.